AMOR: A través del talento humano de las personas que contribuyen al cuidado y protección de los adultos mayores este sentimiento de afecto y amor vivido para nuestros residentes se refleja en el bueno trato, el disfrute y la convivencia en el colectivo, un sentimiento hacia ellos de admiración y de encanto hacia ellos para que durante la permanencia sean felices.

TOLERANCIA Y RESPETO: Se les tiene paciencia, buen trato y comunicación permanente con el respeto o sus creencias – costumbres y opiniones.

AUTONOMÍA: Se les tiene en cuenta sus decisiones en asuntos que le competen en cuanto su vestido, su alimentación para favorecer sus conductas no se ignoran los comportamientos de personas dependientes que por comodidad o por desconocimiento con lleva a una mayor dependencia.

DIGNIDAD: Se les tiene consideración y respeto durante el cuidado y permanencia en el hogar, la buena escucha y las preferencias de cada persona para fortalecer, bases de convivencia, independencia y autoestima.

SOLIDARIDAD: Constantemente existe apoyo mutuo y dependencia recíproca entre la colectividad y cuidadores con acercamiento al buen trato, el respeto mutuo, se les devuelve la alegría de vivir y sentirse protegidos, amados y saludables.

COMPASIÓN: Les proporcionamos los mejores cuidados con amabilidad, comprensión y empatía, conexión asertiva en la comunicación ayuda al enfermo, acompañante al que esta triste por alguna razón, ayuda física cuando no se valen por sí mismo.

CARIDAD: Se les contribuye con alimento, vestido, juegos y acompañamiento en actividades recreativas, se les hacen jornadas de voluntariado por personal de salud, sic orientadores, programas de terapia ocupacional, acogemos y les hacemos la vida fácil y útil al desamparado.

El Centro Hogar Para La Tercera Edad La Nobleza institución sin amino de lucro fundad en mayo 1989 en instalación internos del Hospital San Rafael, terreno que dono el sacerdote Francisco Antonio Campo mediante testamento suscrito en la materia de El Cerrito-Valle el 19 septiembre 1894 en la cual reza la siguiente: es mi voluntad firme y deliberada dejar como fundado un pequeño hospital para que sirva de asilo y casa beneficiario de todas los pobres desamparados y desvalidos que halla en el poblado o en la circunscripción de caridad, comenzó a funcionar donde hoy día está el colegio Sagrado Corazón por escritura pública N° 73 del al agosto de 1913 dejando constancia en documento público los estatutos que van a ser regidos por el gobierno de la fundación del hospicio de San Rafael en el Cerrito mediante este testamento del hospicio de San Rafael. Es para que se ejerza la beneficencia en forma práctica que enseñaron los Santos por medio de Escuela para niñas, orfelinato, asilo para ancianos, socorro para ciegos y atender a enfermos pobres cuando ya halla local para ello y continua más adelante diciendo que: “El asilo para ancianos y para ciegos tiene por objeto recibir y alimentar aquellos desvalidos que carecen de amparo y son de buena conducta moral”. La creación del establecimiento de beneficencia fue el 24 de febrero de 1913 y las encargadas de atender a la población necesitada de estos servicios fueron las Hermanas (Hijas) de la Caridad de San Vicente de Paul (Vicentinas).

En el año 1916 se termina la construcción del nuevo hospital, al frente del cementerio central, y la mayor parte de las dependencias pasan a este local, incluyendo el asilo para ancianos y ciegos, lo único que quedo en el edificio del centro fue la escuela y el orfelinato. Ambos centros de servicio social quedaron en manos de las Vicentinas que algunas eran extranjeras (francesas). El cinco de marzo de 1927 fallece el levita Francisco Antonio Campo, habiendo dejado una junta administradora del hospital para que continuara con el cumplimiento de sus obligaciones con la comunidad. Aunque en el archivo del hospital San Rafael no aparecen documentos sobre la marcha del asilo, suponemos que las Hermanas de la Caridad siguieron prestando el servicio y ya para finales de la década de los años cincuenta no era muy visible el compromiso con las personas ancianas y los ciegos.

En el año 1920 se conformó en El Cerrito unas de las familias con mucho poder económico, la cual vendría a marcar una época por su desprendimiento material. La pareja conformada por Justiniano Ruiz y Bertilda Tenorio aportaron algunos dineros para mejorar las condiciones del asilo, sin embargo, fue ella, al morir su esposo en el año 1956, quien se apersono para tener un local propio dentro de la manzana que ocupa el hospital “San Rafael”. Por escritura 155 del 20 de mayo de 1960 deja constancia que ha construido y dotado: “a sus propias expensas, en terreno de propiedad del hospital un edificio que se compone de dos cuartos grandes, dos pequeños y un comedor, tiene (la construcción) una superficie de 360 metros cuadrados hace donación permanente y gratuita a favor del hospital”. Pero dejo en claro que el nombre del asilo seria “San Vicente”, que los ancianos debían de ser mayores de 60 años, ser cerriteños o de otros lugares, con una permanencia en el poblado, mínimo de 10 años y que se les debe suministrar alimentación, vestido, atención médica y medicinas. Estaban presentes en el acto: Nina Gallardo como sindica del hospital; Monseñor Jesús Antonio Castro, obispo de Palmira como patrono del hospital; los señores Ricardo Cifuentes, Guillermo Martínez, Marco Tulio Navia y Ramón Doncel, como miembros de la junta Directiva del hospital; quienes aceptan la donación.

Por escritura 178 del 17 de junio de 1960, Bertilda Tenorio Sánchez hace su última voluntad (testamento), legando al hospital San Rafael la suma de 10.000 pesos para que inviertan el funcionamiento del ancianato.

En resumen, su nombre surge tardíamente queriendo decir que las personas que se dieran a la tarea de concretar el espacio para custodiar aquellos seres humanos que entregaron sus mejores años de su vida construyendo un espacio digno para su descendencia. No solo son nobles los que han contribuido con su generosidad y buen corazón a prolongar en el tiempo la existencia del ancianato, siendo también nobles aquellos que por sus esfuerzos desmedidos aportaron bienestar a una sociedad en constante transformación y que por circunstancias ajenas a su voluntad se han visto relegados al desamparo.

El Centro Hogar La Nobleza cuenta con un área especiales de 30 mts en los cuales hoy un área especial para almacenar alimentos, otro para vestidos, una cocina integral amplia y cuarto frio; 2 habitaciones separadas para adultos mayores y otro para hombres, también se cuenta con 4 baños, una sala de TV y un comedor, con una habitación para el personal de atención y cuidado en la noche.

En la zona de patio hoy una pequeña huerta un poco abandonado que se está recuperando, durante el día se les hace trabajo psicológico, terapéutico, signos vitales para verificar su estado de salud, algunas ayuden en el aseo de patio, otros hacen pulseras, se les orienta ejercicios y habitaciones, físicas en un pequeño gimnasio, se les participa en actividades lúdicas – recreativas con personal que hacen practicar de instituciones con el que se ha hecho convenios, se participan en salidas recreativas <Paseo> a otros lugares del sector, sitios turísticos del sector rural se realizan trabajos de pintura y manualidades con plastilina como tabla de juegos de mesa: domino, parques; se les conto y se les cuentan cuentos y se interactiva con ellos para hacerles sonreír y motivarles la vida.